Varias personas sienten un fuerte pavor al entonar melodías, sobre todo frente a demás, pues temen ser observadas, provocar equivocaciones o no alcanzar con las exigencias personales o externas. Este miedo suele manifestarse en sensaciones físicas como manos sudorosas, palpitaciones y rigidez en la garganta, lo que origina aún más inseguridad.